Argentina se ubicó en el cuarto puesto del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) 2024, con 55,77 puntos sobre 100, quedando relegada a la categoría de «adoptante» y significativamente por detrás de los países pioneros: Chile (73,07), Brasil (69,30) y Uruguay (64,98).
Esta posición refleja las dificultades que enfrenta el país para desarrollar un ecosistema robusto en IA, particularmente en las tres dimensiones clave evaluadas por el índice: Factores Habilitantes; Investigación, Desarrollo y Adopción; y Gobernanza. Mientras los países líderes han demostrado madurez en estas áreas, Argentina muestra rezagos significativos.
El contraste es especialmente notable al comparar con Chile, que ha desarrollado una infraestructura tecnológica sólida. Mientras el país trasandino ha implementado estrategias nacionales efectivas para la consolidación de estas tecnologías en todos los sectores de su economía y sociedad, Argentina aún no ha logrado articular una política de Estado coherente en esta materia.
Los países pioneros se caracterizan por contar con un entorno que potencia la investigación, el desarrollo y la adopción de tecnologías, promoviendo activamente la innovación y aplicación de IA. Argentina, junto con otros «adoptantes» como Colombia y México, muestra limitaciones en estos aspectos fundamentales para el desarrollo tecnológico.
Impacto económico de la IA
La brecha se hace más evidente en términos de impacto económico. Mientras Chile proyecta que el 84% de las tareas de su administración pública podrían optimizarse mediante IA generativa, añadiendo potencialmente 1,2 puntos porcentuales a su PIB anual, Argentina no ha logrado cuantificar ni capitalizar de manera similar el potencial de estas tecnologías.
El estudio revela que, si bien América Latina en su conjunto ha duplicado su concentración de talento en IA durante los últimos ocho años, la región entera -incluida Argentina- enfrenta tres grandes obstáculos: bajo crecimiento y productividad, altos niveles de desigualdad con limitada movilidad social, y una débil capacidad institucional y de gobernanza.
Para Argentina, estos desafíos se ven amplificados por la falta de una estrategia nacional coordinada que impulse el desarrollo de talento especializado y la inversión en infraestructura tecnológica, elementos que han sido clave en el éxito de los países pioneros.
La brecha tecnológica se hace más preocupante al considerar las proyecciones de crecimiento económico para 2030: mientras América del Norte y China podrían experimentar aumentos del 26,1% y 14,5% respectivamente gracias a la IA, América Latina apenas alcanzaría un 5%. Para Argentina, superar su actual posición como «adoptante» requerirá no solo mayor inversión en tecnología e investigación, sino también el desarrollo de políticas públicas más efectivas y una mejor articulación entre el sector público, privado y académico.
La falta de una estrategia de inteligencia artificial (IA) en Argentina afecta negativamente su posición en el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA). Sin un marco regulatorio claro y políticas coordinadas, el país enfrenta debilidades en infraestructura, talento humano y gobernanza, lo que limita su capacidad para innovar y adoptar tecnologías avanzadas. Además, la situación macroeconómica y la pérdida de talento hacia otros países agravan estos problemas, impidiendo que Argentina alcance a líderes como Chile y Brasil, que han implementado estrategias efectivas para el desarrollo de IA.