Argentina se encuentra en una posición preocupante en cuanto a las expectativas de empleo para el cierre de 2024, según revela un reciente informe sobre el mercado laboral en América. Con una Expectativa Neta de Empleo (ENE) de apenas +4%, el país se sitúa en el último lugar de la región, muy por debajo de naciones líderes como Costa Rica (+36%) y Estados Unidos (+34%).
La situación argentina muestra un deterioro significativo, con una caída de 1 punto en comparación con el trimestre anterior y una disminución de 6 puntos respecto al mismo período del año pasado. Este declive generalizado se refleja en diversos sectores y regiones del país, planteando serios desafíos para la recuperación del empleo a corto y mediano plazo.
A nivel sectorial, se observan contrastes marcados. Mientras que Energía mantiene una perspectiva relativamente optimista con una ENE del +19%, el sector de Sanidad se encuentra en el extremo opuesto con un desalentador -8%. Esta disparidad subraya la complejidad del panorama laboral argentino y la necesidad de estrategias diferenciadas para abordar los retos de cada industria.
Las diferencias regionales dentro de Argentina también son notables. El Noreste Argentino emerge como un punto relativamente brillante con una ENE del +11%, en tanto que la Patagonia experimenta un retroceso significativo, registrando una ENE negativa del -5%. Estos contrastes geográficos ponen de manifiesto la importancia de implementar políticas de empleo que tengan en cuenta las particularidades de cada región.
Último de la lista
En el contexto internacional, la posición de Argentina es aún más alarmante. El informe señala que los empleadores de 42 países muestran mejores expectativas de contratación, lo que nos coloca en una situación de desventaja competitiva a nivel global. Este rezago podría tener implicaciones significativas para la atracción de inversiones y el desarrollo económico del país en el futuro próximo.
A pesar de algunos signos de mejora en sectores como Finanzas, Energía y Transporte, la tendencia general apunta a una recuperación del empleo débil y desigual. Con estas perspectivas, se prevé que Argentina concluya el año 2024 con las expectativas de contratación más bajas de la región, lo que plantea un desafío urgente para los responsables de la política económica y laboral del país.