Un informe de la consultora de Orlando Ferreres reveló que la inversión real en Argentina cayó un 25,8% interanual en agosto, marcando uno de los peores desempeños del año. En los primeros ocho meses de 2024, la inversión acumulada se contrajo un 21,5%, lo que refleja la falta de confianza en el entorno económico actual.
El descenso se atribuye a la disminución en la importación de bienes de capital y la incertidumbre generada por las restricciones cambiarias. La falta de acceso a divisas afecta la adquisición de maquinaria y equipos, que registraron una caída del 23,7%. Además, la construcción —un sector clave para el desarrollo— sufrió una contracción aún mayor, del 27,6%.
Los analistas advierten que la falta de previsibilidad económica y la ausencia de incentivos adecuados para atraer capital afectan no solo el presente, sino también las inversiones futuras. Las empresas evitan comprometer recursos hasta que haya mayor claridad en las políticas gubernamentales y se flexibilice el acceso al mercado cambiario.
Sin inversiones no hay crecimiento
El cepo cambiario y las restricciones de importación han limitado la renovación de equipos y la expansión de capacidad productiva en varios sectores. Esto, a su vez, retrasa la posibilidad de un crecimiento sostenido y afecta la competitividad de la economía.
En este contexto, sectores como la industria manufacturera y la construcción son los más golpeados. La escasez de insumos y la baja en la demanda interna obligan a las empresas a replantear sus proyectos de inversión a mediano y largo plazo.
Los datos presentados en el informe plantean un panorama complejo para el futuro económico de Argentina, donde recuperar la confianza y mejorar las condiciones macroeconómicas será clave para reactivar las inversiones.