La complicada situación de las Pymes de alimentos en el contexto de crisis

El sector de Alimentos y bebidas enfrenta un escenario complicado, según los resultados del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La muestra, que incluyó a 414 industrias pyme a nivel federal, revela una caída significativa en la producción.

En julio, el sector registró una disminución del 14,9% anual a precios constantes y una caída del 2,6% mensual. Para los primeros siete meses del año, la baja acumulada alcanza el 17% anual. Estas cifras reflejan una situación preocupante para un sector que históricamente ha mostrado mayor resistencia a las fluctuaciones económicas.

Al 61 por ciento de capacidad

Las industrias de alimentos y bebidas operaron con el 61,6% de su capacidad instalada, niveles muy bajos que afectan directamente su rentabilidad. Esta situación obliga a las empresas a realizar mayores esfuerzos para mantener su personal y las inversiones, produciendo muy por debajo de su potencial.

Además, las empresas han reducido sus niveles de stock, produciendo en función de un mercado más pequeño. Esta estrategia, aunque necesaria para ajustarse a la demanda, no es sostenible a largo plazo y pone en riesgo la continuidad de muchas pymes.

El 24,4% de las empresas encuestadas manifestó problemas para pagar salarios en julio, lo que evidencia la gravedad de la crisis. La falta de liquidez y la incertidumbre económica están llevando a muchas pymes al borde del colapso, afectando no solo a los empresarios sino también a sus empleados.

Ante este panorama, es crucial que se implementen políticas de apoyo específicas para el sector de alimentos y bebidas. La supervivencia de estas pymes es vital para la economía nacional, y su recuperación dependerá de medidas efectivas que les permitan volver a operar a plena capacidad y recuperar su rentabilidad.

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