La primera semana de las vacaciones de invierno ha revelado un panorama desalentador para el sector turístico en la costa atlántica argentina. Los datos indican una significativa disminución en la ocupación hotelera y en el flujo de turistas, marcando un contraste notable con las expectativas para esta temporada invernal.
La crisis económica que atraviesa el país y la consecuente reducción del gasto de los consumidores se han convertido en los principales factores que impactan negativamente en el turismo costero. Los destinos de la costa atlántica han experimentado una caída del tráfico del 20.5% en comparación con el mismo período del año anterior, reflejando la magnitud del declive en el sector.
Mientras que los destinos rurales y de lagunas han logrado mantener cierta estabilidad, la costa ha sido la más afectada por esta tendencia a la baja. Costa del Este se posiciona como la excepción, registrando la mayor ocupación con un 52%. En contraste, localidades como San Bernardo apenas alcanzaron un 9% de ocupación, evidenciando la disparidad entre destinos.
Pinamar y Villa Gesell, tradicionalmente populares durante las vacaciones de invierno, también han reportado bajas tasas de ocupación. Por su parte, Mar del Plata, uno de los destinos más emblemáticos de la costa, logró mantener una ocupación del 50%, aunque experimentó una caída del 10% en el número de turistas en comparación con el año anterior.
Ocupación hotelera baja
Las estadísticas generales son igualmente preocupantes: solo 5 de 29 destinos turísticos lograron superar el 50% de ocupación. Más alarmante aún es el hecho de que nueve de quince destinos presentaron peores tasas de ocupación en comparación con el mismo período del año pasado, subrayando la gravedad de la situación.
Este escenario plantea serios desafíos para el sector turístico costero en Argentina. La combinación de factores económicos adversos y la reducción en el poder adquisitivo de los potenciales turistas ha generado un panorama sombrío para estas vacaciones de invierno, poniendo en jaque a una industria que tradicionalmente ha sido un motor importante de la economía regional.