En marzo, la actividad del sector manufacturero pyme registró una caída anual del 11,9%, experimentando así un nuevo descenso. A su vez, en el primer trimestre del año, la producción industrial acumuló una baja del 19,1% en comparación con el mismo período de 2023.
Además, se observó un retroceso del 3,4% en la comparación mensual desestacionalizada. Esta coyuntura refleja la gravedad de la situación del sector y la necesidad de tomar medidas urgentes para revertir esta tendencia.
Es el cuarto mes consecutivo que la actividad fabril retrocede y, por como vienen los pedidos de producción, las pymes no ven un piso en el corto plazo.
Las empresas relevadas operaron en marzo con 70% de su capacidad instalada, mostrando una caída de 0,8 puntos porcentuales frente a febrero. Hay sectores con niveles altos de stock que se debaten entre seguir produciendo para no cortar el proceso y tener que cesantear personal o frenar.
Por otra parte, las industrias consultadas destacaron que los precios estuvieron más estables y un 25,3% señaló que siguen teniendo problemas para reponer stocks.
Estos resultados surgen del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) que elabora CAME, con una muestra que alcanzó a 413 industrias pyme a nivel federal.
Fuertes caídas
Cinco de los seis sectores manufactureros del segmento pyme tuvieron fuertes caídas en la comparación anual, siendo los más afectados “Papel e Impresiones” (-27,4%) y “Químicos y plásticos” (-20,7%). “Textil e indumentaria” fue el único rubro en alza (+10,9%).
El sector alimentos registró una caída de 5,6% anual a precios constantes en marzo y de 3,6% en la comparación mensual. En el primer trimestre del año acumula una baja de 14,2% anual. Las industrias operaron con 73,3% de su capacidad instalada.
A pesar de la performance del mes pasado, algunas empresas destacaron como positivo la desaceleración de los precios y la normalización en la importación de insumos. De todas maneras, el escenario esperado conjuga costos crecientes con márgenes cada vez más chicos y ventas decrecientes.
“Las Pascuas no fueron lo esperado. Pensábamos duplicar las ventas del año pasado y no fue lo que sucedió. Para nosotros, marzo junto con fin de año es la época más fuerte, pero solo trabajamos al 50% de la capacidad instalada, no necesitando ni siquiera el 100% del tiempo ni personal” (Industria en Villa Lynch, provincia de Buenos Aires).
“Marzo fue pésimo. La venta se desmoronó, los ingresos cayeron mucho, hay menos trabajo” (Fábrica en San Rafael, Mendoza).