¿Por qué el desempleo es bajo pero el índice de pobreza se mantiene alto?

A pesar del crecimiento económico del país (1,3% interanual) y de una tasa de desocupación baja (6,9%), la pobreza en Argentina sigue siendo una problemática que se agrava y que afecta a diversos sectores de la población. Según los datos del INDEC, la tasa de pobreza se mantiene muy elevada (38,7%), y genera desafíos políticos y económicos urgentes con relación al bienestar social.

La paradoja del aumento de la pobreza, en paralelo con un crecimiento económico leve pero continuo y con empleo, plantea un escenario desconcertante.

La tasa de desocupación en el país se encuentra en niveles relativamente bajos, lo que sugiere una mayor actividad laboral; sin embargo, este panorama no se traduce en una mejora significativa en las condiciones de vida para una gran cantidad de argentinos.

Deterioro poder adquisitivo

La inflación, como factor determinante del aumento de la pobreza, sigue siendo una problemática difícil de superar. Los constantes aumentos de precios erosionan el poder adquisitivo de los ciudadanos en general, y afecta particularmente a los trabajadores informales y a aquellos que dependen de la asistencia estatal para subsistir. Éstos últimos son grupos se encuentran con una creciente dificultad para satisfacer sus necesidades básicas.

La preocupante falta de reservas y la progresiva devaluación de la moneda nacional, en parte como resultado de la deuda con el FMI y la sequía, amenazan con agravar aún más la situación económica en 2023. Esas tensiones podrían repercutir aún más en los sectores más vulnerables y en las clases medias bajas, exacerbando el impacto de la pobreza en sus vidas diarias.

La pobreza persistente en Argentina sigue siendo un reto urgente que requiere de una acción coordinada y de la formulación de políticas renovadas.

Abordar la pobreza y la desigualdad debería ser una prioridad máxima en el contexto actual.

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