A partir de septiembre, el Gobierno aplicará las nuevas tarifas de electricidad, gas y agua con recortes en los subsidios. En el servicio de electricidad, por ejemplo, el subsidio de la tarifa será por un consumo de hasta 400kw/h por período. Si el usuario se excede de ese cupo, pagará el valor pleno o total por cada Kw/h de consumo adicional.
«Se estima que en Argentina el consumo de gas natural en espacios habitables, como viviendas, comercios, oficinas, espacios de recreación, salud, entre otros, equivale al 57% y la electricidad, al 35%. Por este motivo, la mejora de la eficiencia energética de espacios habitables puede ayudar a reducir el consumo de acondicionamiento interior en más del 50%, lo que impactará no solo a nivel individual sino a nivel nacional en ahorros de facturas domiciliarias y en el abastecimiento a todo el país, y generando así mismo una reducción a más de la mitad de las emisiones de CO2, uno de los gases responsables del cambio climático”, comenta Guillermo Simón Padrós, integrante del grupo de instituciones por el etiquetado energético de viviendas.
Según el experto, conocer el nivel de eficiencia energética se vuelve una prioridad en la actualidad: «Aunque en Argentina es una herramienta relativamente nueva y poco conocida, en muchos países del mundo se implementa el etiquetado energético de un inmueble, que permite saber cuán eficiente es energéticamente la propiedad», explican.
Existen diferentes soluciones y herramientas que ayudan a reducir el consumo: iluminación led, implementar una aislación térmica eficiente de muros; aberturas también eficientes, calefones solares, electrodomésticos de bajo consumo, entre otros; y así mismo, hay calculadores online con los cuáles se puede medir la energía que se lleva consumida en el mes.
Sin embargo, y según los expertos en la eficiencia energética: «este compromiso y esfuerzo no puede recaer solo en los consumidores. Deberían existir otros sectores involucrados que podrían colaborar muchísimo en esta reducción de consumo y de demanda energética. Y el de la construcción es uno de ellos», señalan.
¿Qué evalúa el etiquetado energético?
El etiquetado energético de una propiedad es similar a las etiquetas que se conocen en los electrodomésticos. Es un documento en el que figura la Clase de Eficiencia Energética en una escala que va desde la «A» hasta la «G», que mide la energía (y el consumo) que se utiliza para calefacción en invierno, refrigeración en verano, agua caliente de uso sanitario e iluminación.
Es decir, se trata del denominado Índice de Prestaciones Energéticas (IPE) que varía para cada vivienda y región del país. Existen siete clases de eficiencia, identificadas por un código de colores y letras que van desde el verde con la letra A para las propiedades más eficientes, hasta el rojo con la letra G para las menos eficientes, asociadas a los valores del IPE. Un edificio o una vivienda es más eficiente energéticamente que otro, si para alcanzar un mismo grado de confort, consume menos energía.